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miércoles, abril 20, 2005

Reseña Ian Brown en concierto

Ian Brown
En Concierto
El Rey Mono reclamó su trono

Anna Stephens

Con la clara idea de que Ian Brown no tocaría el viernes 11 de marzo como indicaba el boleto sino el sábado 12, algunos asistentes arribaron al Salón 21 la madrugada de ese día y muchos de los que llegaron puntualmente a la cuarta edición del Manifest, pasaron horas sentados en el suelo, platicando, bebiendo y recibiendo recuerdos de los patrocinadores. Al parecer a las edecanes les urgía deshacerse de dichos souvenirs, ya que aunque amablemente los rechazabas (encendedores, plumas, revistas o playeras), no tenías más remedio que recibirlos y dejarlos “olvidados” o volver a regalarlos a quienes iban llegando. ¿Por qué no regalar brazaletes V.I.P. como lo hicieron con la “G.M.I.” (Gente Muy Importante) que ocupó la parte de arriba del 21, para gratuitamente catar la calidad de los patrocinadores de bebidas alcohólicas? Hubiese sido más llevadera la espera de ver al Rey Mono en escena y más tolerable escuchar a algunos de los grupos del cartel. Además, ¿cuál es el punto de seguir dividiendo a los melómanos por su estatus económico o social?

Las puertas del 21 se abrieron a las 17:00; A.L.I.A.S., Plástiko, Porter, Chikita Violenta, Volován, Dildo, Circo y La Lupita comenzaron a desfilar a las 19:00 hrs. Desafortunadamente nuestra llegada fue cuatro horas después de iniciado el festival, por lo que no podemos asegurar si esto sucedió así o no, ni tampoco es posible escribir sobre las presentaciones de estas bandas, al menos no plenamente. Sin embargo fue evidente la diferencia entre novatos y veteranos cuando La Lupita hizo su arribo al escenario, después de medianoche. El volumen, la calidad, la seguridad y la experiencia aumentaron, lo que logró que la atención de la mayor parte de la gente se concentrara en Lino y compañía. El reencuentro entre La Lupita y el público fue bueno.

A las 02:00 de la mañana la misión estuvo a punto de abortarse. Con un paisaje tan acogedor como hombres y mujeres vomitando a tu alrededor, el cansancio físico, el frío, la falta de capital para comprar cerveza y tener que aguantar el mal gusto (para la ocasión) del VJ local con la proyección de DVD’s de Metallica y Korn, comenzamos a dudar sobre la presentación del ex vocalista de The Stone Roses.

Treinta y siete minutos después, el músico fue anunciado a través de las pantallas. Todos corren, las luces se apagan y una delgada aparentemente inofensiva figura sube al escenario. Ian Brown ataviado en pantalones de mezclilla, chamarra y zapatos deportivos negros y lentes oscuros exigía a los presentes aplaudirle. Exigencia que estuvo de más, la ovación fue unánime casi interminable. El Rey Mono inició la cruzada con “Time Is My Everything”, que acústicamente le significó todo un reto, por lo que detuvo a sus músicos en dos ocasiones para llamar la atención a su ingeniero de sonido y esperar hasta que el problema estuviera resuelto. Mientras tanto, la inquietud de Brown divertía a los presentes con movimientos de mono y (puño en alto) gritando: “No Cocaine, No Surrender”. Por fin pudo interpretar “Time...”, pero las dificultades de sonido continuarían toda la noche con el inglés dando indicaciones a su staff de equilibrar, aumentar o disminuir el volumen de instrumentos y micrófonos por igual.

Vino “Sally Cinnamon” y "Made of Stone", la primera de la noche para quitarnos la espinita de los Roses. “Love Like A Fountain” y el atinadísimo comentario de mi desconocido vecino: “Oye, ¿esa sale en un comercial de coches, no?”. Chale. “Dolphins Were Monkeys” y El Rey Mono aseguró su trono en México con “Waterfall” y “She Bangs The Drums”. Le siguieron “For Ever And A Day”, “Golden Gaze”, “Longsight M13”, “The Sweet Fantastic”, “Lovebug”. La duda de la noche, que hasta el momento no ha sido disipada fue “Time Is My Everything” (2nd version). Sonó totalmente igual a la primera. “Keep What Ya Got”, “F.E.A.R.” y Brown sabía que tenía al 21 a sus pies, pero decidió asegurar su conquista con “I Wanna Be Adored”, la última de la noche. Así, sin encore ni grandes discursos, el autonombrado “mexicano honorario” se despidió. Aunque la campaña fue corta (de apenas setenta y cinco minutos), tal vez sea irrepetible. El Rey Mono ocupa su trono en México.


Texto publicado en la revista La Mosca en el mes de mayo del 2005.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Que tal!!
No te imaginas cuànto habia buscado una pequeña reseña de la presentaciòn de Ian en mèxico, y ashata ahora me diste el gusto de encontrarla, me encanta Ian!!!!!
Y fue una verdadera làstima porque nunca me enterè de su asistencia hasta hace algunos meses, me habrìa encanta conocer a esos "escondidos" fans del rey mono, que yo honestamente no he conicido a alguien que le guste tanto como ami... Saludos, y gracias nuevamente por la reseña.

21:34  
Anonymous Anónimo said...

Leo esto y, bueno...

El año pasado por fin se hizo realidad el sueño de algunos de nosotros: ver a The Stone Roses en nuestro país.

¿A dónde se va el tiempo?

14:35  

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