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lunes, enero 08, 2007

Robbie Williams

Un gran número de estrellas del pop son gays pretendiendo ser heterosexuales. Voy a comenzar un movimiento de estrellas pop hetero, que pretendan ser gays.”
Robbie Williams

Robbie Williams

por Anna Stephens

Para muchos, un mal que parece que nunca desaparecerá de la escena musical son las boy bands, así como su modalidad rockera, mejor conocida como emo. Para otros significa un mal necesario, que a pesar de explotar lo más predecible y deteriorado del pop, sirve como contrapeso al resto de los estilos musicales.
Aunque poco se espera de quienes integran las tan odiadas boy bands, en años recientes han sobresalido dos hombres que lograron sobreponerse a la chiclosa música que masticaban antes: Justin Timberlake y Robbie Williams. Después de varios años en contra de esas caries conocidas como *Nsync y Take That, estos señores se han ganado el respeto del público y la industria, haciendo su propio trabajo y haciéndolo bien.


En el caso de Robbie Williams, éste lo ha llevado a ser candidato para fungir como vocalista de Queen, a ser compa de Noel Gallagher y a firmar un contrato por más de 80 millones de dólares con EMI Music, además de un jugoso deal con Adidas. Su carrera ha sido como una bola de nieve que no conforme con arrasar con todo a su paso por Europa, brincó el charco para establecerse en México y parte de Latinoamérica, gracias a nueve años de experiencia como solista –al parecer Estados Unidos sigue siendo territorio difícil de conquistar para los británicos.

Seis álbumes después, Williams presenta su CD más arriesgado y ambicioso: Rudebox. Robbie suelta la lengua y en vez de entregar un material lleno de coros melosos y obvios, hip-popea con versos de su propia autoría y sale bien librado. De los quince tracks que componen el álbum, destacan “Rudebox”, “Keep on”, “Never touch that switch” y “She’s Madonna”.

Rudebox cuenta con la participación de Lily Allen, William Orbit y los Pet Shop Boys en los coros y la producción, además de incluir cuatro reinterpretaciones: el malogrado “Bongo bong/Je ne t’aime plus” (original de Manu Chao); la renovada “Lovelight” (de Lewis Taylor); “Kiss me”, de Stephen Duffy y “We’re the Pet Shop Boys” (de My Robot Friend).

Luego de la cuestionable calidad de Intensive Care, este disco toma un rumbo diferente al acostumbrado, que sin duda se traducirá en duras críticas; sin embargo, es una producción que bien podría ponerse al tú por tú con St. Elsewhere, de Gnarls Barkley y quedar en un empate técnico.

Once años después de su salida de Take That, Robbie Williams se perfila para alcanzar los niveles de Madonna o Michael Jackson. Es uno de esos tipos que debido a su personalidad es odiado o adorado; de los que se aman en secreto pero se les niega en público, por la sencilla razón de que sabe tocar ese nervio pop que todos llevamos dentro, pero que nos cuesta trabajo aceptar.

Robbie Williams
Rudebox
EMI Music
2006


El artículo del nuevo álbum de Robbie Williams fue publicado en el número de enero de la revista Círculo Mixup.

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