En muchas ocasiones a través de la historia de la música, docenas de bandas pasan desapercibidas ya sea por su cuestionable calidad y propuesta o por no seguir los parámetros de las tendencias del mainstream. Esto último, era el caso de Of Montreal. Después de diez años de carrera y más de diez producciones, ese mainstream ha comenzado a poner atención a la propuesta de este sexteto originario de Atenas, Georgia, a partir del lanzamiento en el 2005 de The Sunlandic Twins. Of Montreal es además, una de las pocas agrupaciones que se han atrevido a incluir diferentes aspectos artísticos a su música, dentro de una escena musical cada vez más árida.
Bryan Poole (aka the late b.p. helium) platica cómo el sexteto ha recibido éste reciente reconocimiento y de lo que el público mexicano podrá ver y escuchar ésta noche en uno de los escenarios del Corona Fest.
¿A qué alude el nombre del grupo? El nombre del grupo tiene que ver con Kevin Barnes (líder y vocalista). Él tuvo un romance con una chica de Montreal a la que conoció cuando fue a un concierto en Nueva York; se conocieron al salir del concierto y comenzaron a escribirse cartas. Eventualmente Kevin se mudó a Montreal para averiguar si su relación iba a funcionar o no. Después de varios días, ella le confesó que no podía seguir con esa relación. Kevin se sentía devastado, pero decidió quedarse unos días más en Montreal. Fue un momento muy intenso para él, lo que lo llevó a escribir muchas canciones. Cuando llegó el momento de nombrar a la banda, creímos que era lo más adecuado por el tipo de composiciones y los sentimientos que reflejaban.
¿Cómo es la escena musical en Atenas, Georgia? Es un centro cultural importante para Estados Unidos. Atenas es una ciudad universitaria y alberga una gran cantidad de estilos musicales que van desde el country, hasta la psicodelia y el rock. De aquí provienen bandas como R.E.M. o los B52’S. Creo que las grandes ciudades albergan mucha cultura; nunca he ido a la ciudad de México pero estoy seguro de que así es allá también. Nueva York es una gran ciudad, pero es muy difícil y caro tener una banda allá y mantenerla, debido a que las distancias son muy largas y es caro rentar un lugar para ensayar, etc. En Atlanta sucede lo mismo, pero en Atenas no es así. Atenas es una ciudad en la que vives cerca de todo y como la mayoría de sus habitantes son universitarios, suceden eventos y movimientos culturales interesantes.
Ustedes tienen marcada influencia de la música y en general la cultura de los sesenta. ¿Siguen la misma ideología y compromiso que las bandas de entonces? Empezamos siendo una pequeña banda obsesionada con los sesenta, con bandas como The Beach Boys, pero hemos ido creciendo poco a poco. Somos como esa hierba que crece en cualquier rincón… En los últimos años hemos aceptado con buena actitud la nueva tecnología y ha sido lo mejor que le ha pasado al grupo. Nos hemos convertido en algo popular, lo cual nos gusta mucho. Muchas bandas en la actualidad no promueven nada ni se comprometen con algo. Espero que nosotros estemos del otro lado del panorama musical. La propuesta de Of Montreal no se concentra tan solo en recurrir a los caminos más populares de la música de los sesenta... La parte emocional de nuestra música es muy engañosa. Somos grandes seguidores de los movimientos dadaísta y surrealista… nos gustan bandas de los sesenta como Os Mutantes, porque muestran de una manera un tanto oculta esa parte emocional a través de metáforas.En nuestros conciertos tratamos de acoplar esas cosas del surrealismo y el dadaísmo que contiene nuestra música. Hay momentos durante nuestros conciertos en los que hacemos cosas teatrales que involucran a la audiencia, la confunden y provocan que se cuestionen muchas cosas. A veces parece ser algo cruel, pero no es así. Tratamos de divertirnos y cuestionar estereotipos. Queremos que la gente baile y el concierto se convierta en una verdadera fiesta, en un verdadero show en vivo que involucre a la gente…
La entrevista con Of Montreal fue publicada en La Pared, de la sección de Espectáculos de El Universal, el sábado 11 d e noviembre de 2006.
¿Existe el indie en México? Por Anna Stephens Durante la celebración del cumpleaños de un buen amigo nos turnábamos para amenizar la reunión con música, a través de una computadora con iTunes conectada al estéreo. Era mi turno. Después de horas de escuchar de todo un poco y entre las opciones de música a las que te puede obligar la capacidad de un iPod a descargar en la computadora, decidí poner algo de Café Tacvba. Acto seguido, Ely Guerra me preguntaba si Café Tacvba es indie y cómo se define el movimiento indie en México. La pregunta se escuchó en toda la sala ante uno de esos encantadores silencios incómodos, roto en un segundo por posiciones tan radicales y encontradas, como la política mexicana misma. Entre apuestas por la banda que ocupará el vació que dejó Caifanes (los candidatos finales fueron Zoé y Porter), hubo una sola coincidencia: el indie en México es lo hype en Estados Unidos y lo trendy en el Reino Unido pero... ¿qué es el movimiento indie en México? ¿Existe?
Durante la década de los ochenta en el Reino Unido, el término indie definía un sonido de guitarra pop discordante. Para la década de los noventa lo indie se refería a todos aquellos músicos y melómanos que buscaban un sonido diferente a lo que estaba entonces en boga. Así, el indie se transformó en el undeground y/o alternativo, que después mutaría a ser un género de moda. En la actualidad, en México se cree que el indie es un género o estilo musical que involucra no sólo un sonido poco pulcro de guitarras, sino también toda una imagen -impuesta por cierto, por un plan de marketing y publicidad perfectamente definido y controlado por disqueras transnacionales en Miami y algunas independientes en nuestro país-. Si bien la idea no se aleja tanto de la definición del término de los ochenta, la concepción no es del todo correcta. Estrictamente, una banda indie no se refiere al género musical, ya que puede hablarse de hip-hop, salsa, emo, reggaeton y folk indies, sino a aquel o aquellos músicos que hacen y/o editan música con una libertad creativa no supeditada a una tendencia estilística o un contrato discográfico.
Una banda indie en México es aquella cuya propuesta dista mucho de seguir un sonido reciclado cientos de veces en el Reino Unido o en su defecto, aquella que lo recicla una vez más pero con elementos propositivos y contextos sociales propios del país. No tiene que ver con utilizar las palabras “The” o “Los” en el nombre del grupo, tan sólo para “ser parte del movimiento”. Tampoco con la combinación del rojo con el negro, ni con una actitud indiferente o poco comprometida. No es un corte de cabello a la Paul Banks, unos jeans a la Julian Casablancas o el maquillaje dramático a la My Chemical Romance, esto más bien tiene que ver con contextos propios de una sociedad de la cual (y a pesar de la globalización), estamos tan alejados como nunca antes.
El movimiento de rock-pop indie en México significa una escena prolífica y diversa en estilos. Tiene que ver con la apuesta de muchos empresarios mexicanos por abrir lugares para escuchar música en vivo, para que un viernes por la noche enfrentes la indecisión entre escuchar por primera vez a Estación Polar en el Factory o escuchar por décimo quinta ocasión a Los Dynamite en el Pasagüero. Las indie, son bandas comprometidas con su trabajo, que se pulen continuamente en vivo para hacerse de un nombre y tal vez después conseguir un contrato que les permita seguir trabajando a sus anchas, como Yokozuna. Los músicos de rock-pop indie en México son desinteresados de la crítica pero atentas a las opiniones de sus seguidores, como es el caso de Porter. Ser parte de la escena de rock-pop indie en nuestro país, es acudir a un lugar a ver la presentación en vivo de una banda que nunca has escuchado y al final poder acercarte a platicar con ellos, como Dapuntobeat. Significa arriesgarse y comprar el primer álbum de Hello Seahorse! o escribir al MySpace de 6 Million Dollar Weirdo para conseguir que te pasen una rola de ellos.
A diferencia de las escenas de rock-pop indie canadienses, estadounidenses y británicas, la de México es la más interesante y la más apasionada de todas. En el caso del trío de países antes mencionados, es muy sencillo predecir que será una escena igual de exitosa en sus lugares de origen como en el extranjero. En el caso de México, el futuro esta envuelto en un halo de incertidumbre que sólo los años por venir definirán. Son pocos los grupos que se toman en serio su papel y por lo tanto, son pocas las bandas que aguantarán el ciclo de inicio y despegue de su carrera, que en ocasiones puede llevar años. Además, tendrán que enfrentarse a un público cuya preferencia por lo que llega del exterior sigue siendo un parámetro de gustos, los grupos tendrán entonces que romper o mejorar esquemas. Todo lo que se encuentra en medio de este proceso es indie. ¿Café Tacvba es indie? No lo sé.
¿Zoé o Porter? Creo que es demasiado temprano para cerrar la lista de candidatos con tan sólo dos participantes.
¿Existe el indie en México? Definitivamente sí.
Este artículo fue publicado en la revista Farenheit (oct-nov 06).
